La Retención de Líquido
La Retención de Líquido
El agua es el elemento más abundante del organismo y alcanza el 70% del peso corporal de un adulto.
Está distribuida en tres grandes compartimientos:
1. Intracelular: la que se encuentra dentro de las células.
2. Intravascular: la que se encuentra dentro de los vasos sanguíneos.
3. Intersticial: la que se encuentra entre ambos, o sea en los tejidos alrededor de las células.
Estos compartimentos están separados por una membrana semipermeable que permite el paso de líquidos y ciertos componentes. La retención se produce, cuando hay un desequilibrio entre las fuerzas que regulan el paso de los líquidos de un compartimiento a otro.
La retención de líquidos es uno de los factores ocultos del aumento de peso, que se evidencia tanto en la balanza como en el espejo, principalmente en manos, tobillos y piernas. Puede ocurrir por distintos factores, tanto por el estilo de vida como por patologías o enfermedades.
Los Factores causales:
• Factores orgánicos: Inflamatorios (en articulaciones por traumatismos o golpes), Alérgicos, trastornos circulatorios (enlentecimiento del retorno sanguíneo y linfático). Enfermedades propias de ciertos órganos (hígado, riñón, corazón, etc.). Fluctuaciones hormonales (menstruación, el embarazo y la menopausia).
• Factores cotidianos: El sedentarismo (falta de actividad física, permanecer muchas horas sentados, etc.), el estrés (la angustia y los nervios desequilibran el sistema hormonal), la ingesta de medicamentos (anticonceptivos orales, corticoides, antiinflamatorios, etc.), factores climáticos (en menor medida las fluctuaciones de la presión atmosférica y las altas temperaturas, pueden influir).
• Otros factores: El consumo en exceso de ciertos tipos de productos como bebidas alcohólicas, refrescos así sean ligeros, bebidas ligeras, alimentos muy salados o condimentados, alimentos ricos en sodio, etc.
Consejos Nutricionales
Para evitar la retención de líquidos hay que seguir una dieta baja en sodio, por tanto la primera medida a adoptar es reducir la sal en las comidas. Para que las comidas no resulten insípidas y realzar el sabor de los alimentos se pueden usar hierbas aromáticas, vinagre, limón, ajo, etc.
Pero no todo el sodio se ingiere a través de la sal de mesa. Todos los alimentos lo contienen en mayor o menor proporción, por eso es necesario también evitar aquellos que contengan mayor cantidad: embutidos, ahumados, conservas, quesos (excepto los quesos sin sal), curados, pan con sal, cubitos, sopas y purés comerciales, aguas minerales con gas, alcohol, etc.
Lo mejor es seguir una dieta rica en verduras, hortalizas, fruta, legumbres y alimentos ricos en potasio en general. Entre las verduras y hortalizas más recomendadas se encuentran la calabaza o ahuyama, tomate, calabacín, berenjena, espárragos, hongos y alcachofas. Y de las frutas la más aconsejable es el plátano, por su alto contenido en potasio, así como la patilla, la lechosa, la piña y el melón por su alto contenido de agua. Por otro lado, también es importante beber agua (aproximadamente dos litros al día).
